13 de septiembre de 2010

Misery

"Aquella mañana Annie le había cortado el dedo pulgar y por la noche entraba contenta en la habitación donde él estaba sentado envuelto en un estúpido aturdimiento. El dolor en su mano izquierda vendada era insoportable, aunque familiar, y ella llevaba una tarta y cantaba Cumpleaños Feliz con su voz timbrada y desentonada. Aunque no era  su cumpleaños, había velas en toda la tarta y, en el centro, clavado en el pastel como una enorme vela, se hallaba su dedo pulgar con la uña ligeramente rota, porque a veces la mordía cuando no encontraba una palabra y ella dijo: "Si promete ser bueno, Paul, puede comer un trozo de tarta, pero podrá dejar la vela especial", así que prometió ser bueno porque no quería que le obligara a comer la vela especial, pero sobre todo porque Annie era estupenda..."

Misery, Stephen King

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