29 de noviembre de 2010

Quiel

Un chico como cualquiera, delgado, pálido, que no destaca entre la multitud. No es muy guapo, pero tiene algo, un encanto personal. Su pelo negro despeinado y su barba, quizá.
No recuerdo mucho de nuestra primera noche. Será por el alcohol... Solo unas sábanas rojas. Recuerdo haber despertado, haberle dejado el dinero en la mesita, y haberme ido sin hacer ruido.
Cuando llegué a casa, Alex todavía dormía. Me acosté a su lado, y se despertó un momento. Le dije que había ido al lavabo, y los dos volvimos a dormir.

1 comentario: