3 de enero de 2011

2011

Esa noche era una de las que menos me gustaba del año, y me gustaría haber podido hacerla un poco menos horrible, pero debía estar allí, con Alex. Le encantaba Nochevieja, y yo tenía que fingir pasarlo bien, fingir disfrutar viendo los típicos resúmenes en la televisión, disfrutar de las llamadas y de las líneas  saturadas, de atragantarme con las uvas. Aunque no eran sólo las uvas lo que me impedía respirar. Pensaba en Quiel a cada momento. Imaginaba cómo sería aquella noche con él.


Los dos desnudos apoyados a un lado de su cama, escuchando la radio. Primera campanada, primer beso. Suave, tímido, como sin querer, pero sin separar los labios. Segunda campanada, segundo beso. Un beso de Febrero, lleno de personalidad. Tercera campanada, tercer beso, con una sonrisa que se escapa de mi boca. Cuarta campanada, cuarto beso, pero no en los labios. Esta vez Quiel me besa un poco más abajo, en el cuello. Quinta campanada, quinto beso. Acompañado de un pequeño mordisco un poco más abajo de la oreja. Sexta campanada, sexto beso, y nos cambiamos los papeles. Ahora soy yo quien le besa el cuello a Quiel, que se desliza lentamente sobre el parquet. Séptima campanada, séptimo beso. Me atrevo a bajar más, hasta su pecho. Octava campanada, octavo beso. Deslizo mi lengua por el cuerpo de Quiel hasta llegar a su ombligo. Novena campanada, los besos quedan atrás. Empieza el sexo de fin de año. Décima campanada, me dejo caer detrás de Quiel volcando la radio y le beso detrás de la oreja. Decimoprimera campanada, Quiel se gira y vuelve a haber un beso como el primero. Decimosegunda campanada. Quiel y yo empezamos el año más unidos que nunca.




-Feliz año-. Dice Quiel cuando empieza a respirar con normalidad.
-Igualmente-. Le contesto, empapada en sudor.
Coge las dos copas que hay en la mesita, me da una, y entonces mirándonos pero sin decir nada, empezamos a comer las uvas los dos a la vez, lentamente. Disfrutando mucho aquel momento. Saboreando cada uva que hay en nuestras copas.
-Será mejor que nos quitemos todo este sudor de encima-. Quiel se levanta y entra en el baño de su habitación. Yo le sigo y veo todo lo que tiene preparado. La bañera a la mitad, una botella de champán y dos copas vacías. Al lado, su paquete de tabaco.




-Qué te pasa?
Alex me sorprendió
-Eh?- Contesté, intentando disimular- Nada, nada, sólo estaba pensando en todo lo que nos ha pasado este año.
-Pues venga, que ya van a empezar las campanadas!

Feliz 2011

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