El destino es un camino cuyos bordes a veces parecen borrosos. Pero cuando sepamos con claridad cuales son nuestros deseos, cómo llevarlos a cabo, y no nos importe más que eso, los bordes de nuestro camino serán más nítidos, y no nos importará lo estrecho que a veces pueda hacerse, pues desde el horizonte se alza grande y roja la divina figura.
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