10 de mayo de 2010

Modernidad

Entramos en la sala cuando aún no había nadie. Era normal, Razz abría a la una y era la una y diez, más o menos. Además, el grupo que actuaba aquella noche no era muy conocido.
En realidad no estaba vacío del todo, estaban los camareros, que como no tenían a nadie a quién servir, se entretenían bailando.
Aquella era una sala de lo más deprimente. la luz naranja de las farolas entraba por los grandes ventanales que había a un lado, y la típica bola de discoteca giraba lentamente, proyectando una luz rojiza.
Poco a poco se fue llenando de gente, la mayoría maricas declarados que pegaban saltitos. Había un chico borracho, que bailaba como si estuviese mareado, de hecho, se cayó al lado de un grupo de modernos. Una chica con una camiseta de Girls y sus queridas gafas de pasta, con las que pretendía disimular su cara de borde, le gritaba:" ¡¿Pero tú de qué vas?!" mientas hacía un gesto con la mano que pretendía echarlo de allí.Otro de los modernos, que parecía sacado de los Jonas Brothers, miraba la escena, fumándose un cigarro con aires de superioridad.
Era divertido mirar entonces al encargado de seguridad, que estaba apoyado en la cristalera, abstraido, con la mirada perdida, seguramente pensando en su mierda de vida.
A pesar de toda esa tristeza, sonaban canciones como Aire de Fiesta, y me encantaba ver bailar a la chica retro, que se movía como en las discotecas de hace 50 años, y vestía como lo hacían también hace 50 años. Su pelo, sus guantes, sus zapatos y hasta sus calcetines, eran geniales.

El concierto fue bien, y cuando acabó conseguimos hacernos una foto con él, pero con la cámara de unas chicas que tenían acento inglés. Nos dieron su correo, para poder contactar con ellas y que nos la mandaran, y este es el resultado:



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