Pero en realidad no he perdido nada. Desde ahora prometo entregarme solo al consumismo, a la felicidad y al placer. Me compraré tabaco, una cámara de fotos y todos los amantes que quiera. Iré sin ropa interior. Escribiré deprisa y sin pensar en lo que sale, solo confiando en mi instinto. Y seguiré las señales. Construiré mi vida con ellas.
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