Quedé atrapado por la magia y ella me olvidó. Pero volverá a arrojar sonrisas por las esquinas. Sonrisas que yo, secretamente, recogeré, limpiaré, enmarcaré, y expondré. Todas en una misma habitación. Todas etiquetadas con su lugar y su fecha. Y quizá ella no lo sepa, pero, en el final, ¿qué importa? ¿Qué cambia? Voy a seguir queriéndola igual.
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