A veces no tenemos más remedio que castigarnos a nosotros mismos. Cuando el destino llega, nosotros retrocedemos, como si fuese un baile de máscaras. Una coreografía eterna que ya hemos aprendido, y que no hay forma de sacar de nuestras cabezas. Pero yo estoy cansado de bailar. Quiero retirarme. Contigo. Y reírnos de todas las veces que caímos al colocar mal el pie, o chocamos al confundir nuestros pasos.
My old familiar friend comes and lies down next to me.
No hay comentarios:
Publicar un comentario