31 de diciembre de 2012

Gritó tu nombre, pero tú no estabas allí

Intento controlarme, pero no puedo evitar hundir mis dientes en la carne de tu espalda. El simple olor de tu cuerpo me descontrola. Quiero despedazarte. Descuartizarte. Mientras mueres desangrado trago trozos de tu carne cálida, y solo entonces me doy cuenta del placer que me produce.

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