Y cuando muera no quiero que lloréis, ni que me recordéis con tristeza. No quiero flores ni ceremonias. Todo eso os lo podéis ahorrar. Con ese dinero prefiero que os vayáis todos a un restaurante y os hinchéis a comer y a reír contando mis anécdotas. Que yo no quiero molestar a nadie, sobre todo no quiero molestar a nadie...
No hay comentarios:
Publicar un comentario