En el fondo estoy agradecido. Mientras nos abrazamos pienso en todos los momentos que hemos pasado juntos. Son muchos, pero el abrazo es largo. Es una despedida, un funeral. Sé que una vez nos separemos, cuando se den la vuelta, nunca más volveré a verles, pero eso no me entristece. Sé que al final del precipicio hay un colchón redondo que amortiguará mi caída.
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